Nuestra historia
Nuestra historia comenzó con algo muy simple: el deseo de crear un helado que realmente supiera a helado. Nada de recetas complicadas, nada de atajos. Solo ingredientes frescos, mezclas honestas y ese toque artesanal que nos recuerda a la infancia.
Todo empezó en una pequeña cocina familiar, donde probábamos una y otra vez diferentes mezclas de frutas, cremas y sabores. Cada helado que hacíamos pasaba por la prueba más importante: que nos hiciera sonreír. Si no nos sorprendía a nosotros, no salía al mundo.
Con el tiempo, lo que empezó como un pasatiempo se convirtió en un propósito: crear un lugar donde cada persona encuentre su sabor favorito, donde la gente venga a disfrutar, a compartir y a volver a ser niño por un momento.
Hoy, en nuestra heladería, seguimos haciendo todo con la misma pasión:
helados artesanales, preparados cada día, con ingredientes de verdad y mucho cariño.
Nos mueve ver a las personas disfrutar, escuchar sus historias y ser parte de pequeños momentos felices que se convierten en recuerdos.
Porque para nosotros, no vendemos solo helado.
Creamos experiencias dulces que se quedan para siempre.
Nuestra historia dulce
En Heladeria, cada sabor cuenta una historia de pasión y tradición artesanal.
Nuestros sabores
Cada helado está hecho con ingredientes naturales para que disfrutes momentos inolvidables.
